jueves, 25 de junio de 2009

viernes, 5 de junio de 2009

Resumen de los textos (en uno)

El concepto de comunicación ha ido modificándose a lo largo de la historia. Ha significado “participar en común”, “poner en relación” (S XIV), “comulgar”, “comunión” (S XVI), “transmitir algo” (S XVIII). A fines del siglo XV, “comunicación” se convierte en objeto en común y dos siglos más tarde, en medio para proceder a esa participación. En el primer tercio del siglo XIX comienza a designar a las industrias de la prensa, el cine, la radio y la televisión.


En 1970, Grand Robert añade una nueva definición de “comunicación”. Después de:

1- Acción de comunicar algo a alguien

2- La cosa que se comunica

3- Acción de comunicarse con alguien

4- Paso de un lugar a otro

Robert añade:

5- Toda relación dinámica que interviene en un funcionamiento.


Esta nueva acepción parece estar en ruptura ruptura total con el pasado, de esta manera “comunicación” entra al vocabulario científico.


Wiener, después de estudiar el problema de la conducta de tiro de los cañones, reconoce el principio conocido como: feedback. El modelo de Wiener es circular, y las informaciones sobre la acción en curso nutren a su vez al sistema, permitiéndole alcanzar su objetivo.


Shanon (su alumno) y Weaver realizan su modelo de comunicación lineal, opononiéndose al modelo circular de Wiener. Weaver señala la importancia del problema técnico, ya que si la transmisión no se produce eficazmente, no tendría sentido preocuparse (por ejemplo) en la forma en que el mensaje podría afectar la conducta del destino.


Para Shanon, “información” no se trata del sentido corriente de noticia, sino de una magnitud abstracta que califica el mensaje independientemente de su significación.


Este modelo, también, presenta la existencia de un código común entre el emisor y el receptor, que permite la decodificación del mensaje. Podríamos hablar de un modelo telegráfico de la comunicación.


Bateson (miembro de la Universidad Invisible) intenta formular una teoría general de la comunicación apoyándose en datos en apariencia tan dispares como los diálogos entre un ventrílocuo y su marioneta. Según él, la teoría de Shanon ha sido concebida por y para ingenieros de telecomunicaciones, y hay que dejársela a ellos. Para Bateson, a diferencia de Shanon, la comunicación se da a través de un proceso circular, y retoma el concepto de retroalimentación (que tiene un papel determinante en dicho proceso). Según los investigadores miembros de la Universidad Invisible la investigación de la comunicación entre los hombres solo comienza a partir del momento en que se formula la siguiente pregunta: ¿cuáles son los comportamientos corporalmente posibles que retiene la cultura para constituir conjuntos significativos?


Bateson señala la existencia de códigos que regularían la apropiación en el contexto y la significación. Estos investigadores que reaccionaban contra el modelo verbal, voluntario y consciente de la comunicación, llamarán precisamente comunicación a toda utilización de esos códigos.


Jakobson también trabaja sobre la teoría de la comunicación. Él elimina los aspectos más técnicos. Éste se ha convertido en el modelo de la comunicación en ciencias sociales, tanto en Estados Unidos como en Europa. No se ha salido de la pareja emisor-receptor.


Schramm propone distintos modelos que van desde el más simple de la comunicación hasta el de la comunicación en masas. En su modelo de la comunicación, que se da a partir de los mass media, parte del “decodificador” (quien decodifica el mensaje y convierte el acontecimiento en noticia). También participa el “intérprete” y el “codificador”, que es el que envía el mensaje a su público.

Hay tres niveles de recepción:

a) La audiencia masiva

b) Cada receptor decodifica, interpreta, codifica

c) Cada grupo reinterpreta el mensaje


Umberto Eco le ha dado un giro semiótico a la teoría de comunicación, ya que la sociología (disciplina que desempeñó un papel importante en la consolidación en los estudios de la comunicación) entra en crisis al pasar de ciencia de los hechos a ciencia del sentido. Su modelo gira en torno al código y a la descodificación del destinatario. Éste tiene la influencia de Shanon y de Weaver y retoma las preocupaciones de Schramm sobre los efectos de los mensajes. Eco toma en cuenta la existencia no de un solo código, sino de una multiplicidad de ellos, que hacen que un mensaje pueda interpretarse desde puntos de vista diferentes. También afirma la relación entre la coincidencia de códigos con la cultura. También existen los llamados subcódigos que, al igual que los elementos contextuales y circunstanciales, intervienen en la codificación y decodificación. Todo esto permite que el lector realice una lectura personal del mensaje.


Presenta una serie de puntualizaciones:

- los destinatarios no reciben mensajes sino conjuntos textuales,

- los destinatarios no comparan los mensajes con códigos sino con un conjunto de prácticas textuales depositadas,

- los destinatarios no reciben nunca un solo mensaje, sino muchos, tanto en sentido sincrónico y diacrónico.


Rodrigo plantea que es necesario establecer los puentes entre la sociología y la semiótica. Él propone un modelo sociosemiótico que se divide en tres fases: la producción, la circulación y el consumo.


La primera es la fase de creación del discurso de los mass media. Las condiciones político-económicas corresponden a las circunstancias históricas que van a permitir el desarrollo de las industrias comunicativas, quienes dibujan un escenario posible de la estructura de la comunicación. Las industrias comunicativas producen discursos según tres lógicas: informan, educan y entretienen.


Así se van produciendo los productos comunicativos a partir de las características tecno-comunicativas del medio (radio, televisión, prensa, que determinarán el plano de expresión del discurso) y de las estrategias discursivas del programa (se sitúan en el plano del contenido). Ambas están interrelacionadas. Las características tecno-comunicativas constituyen su discurso mediante semiosis sincréticas diferentes.


Cada narración tiene, implícita o explícitamente, un sujeto de la enunciación y un destinatario. Cada modelo de relato reclamará un modelo de enunciado distinto.


En la comunicación mediática estos productos comunicativos sufren una intervención tecnológica que facilita su difusión.


El ecosistema se presenta en la segunda fase. Es el espacio en el que circulan los discursos de los mass media y se desarrollan complejas relaciones. En él intervienen las características tecno-comunicativas y las políticas editoriales diferenciadas. También es el espacio donde se presentan relaciones de competencia y cooperación.


En la tercera fase se presentan: la audiencia, los efectos de la interpretación y la reacción. También de hace mención de los tres aspectos previos a la comunicación: el contexto, la circunstancia y la competencia (conocimientos y aptitudes necesarios para que un individuo pueda utilizar todos los sistemas semióticos que están a su alcance como miembro de una comunidad sociocultural determinada).



En conclusión se han trabajado sobre muchas teorías de la comunicación, se han planteado hipótesis contrarias y sus correspondientes fundamentos, lo que ha hecho interesante la lectura de dichos textos. Me parecieron muy atractivos los planteamientos de los mass media de Schramm, Eco y Rodrigo, y las distintas formas en que nos afectan según nuestros códigos y subcódigos (en Eco) y nuestros grupos sociales. Yo creo que es importante remarcar la siguiente puntualización de Eco: “los destinatarios no reciben nunca un solo mensaje, sino muchos, tanto en sentido sincrónico como diacrónico” porque hoy en día, una gran porción de nuestra sociedad carece de la capacidad de realizar análisis críticos acerca de los canales que elige, ignorando (o tal vez no) las fuertes idiologías basadas en los intereses de los propietarios de los medios de Producción. En otras palabras, “nosotros vemos solo lo que alguien con poder quiere que veamos”. También quiero retomar otra afirmación de Eco, que dice que cada lector realiza una lectura personal del mensaje. Entonces, no podemos echarles las culpa a los mass media y “lavarnos las manos”, nosotros mismos somos los que tenemos que informarnos de las distintas perspectivas, y a partir de un análisis crítico formar nuestra opinión para que guíe nuestras acciones como ciudadanos y no andemos actuando “a ciegas”, basándonos únicamente en algunos medios de comunicación que “cuelan” la información con el objetivo de mostar sólo un recorte de nuestra realidad.