martes, 13 de octubre de 2009

Trabajo Práctico N°4

Actualmente nos encontramos en permanente interacción con los medios masivos de comunicación: ya sea en nuestras casas, en el centro e incluso en el almacén de la esquina. No podemos escapar de ellos y esa razón es por la que considero necesario reflexionar sobre sus aportes a la humanidad: sus efectos, sus críticas, etc.
Cristina Corea habla de tres teorías sobre los medios masivos: la de manipulación, la de influencia y la de discurso. Todas ellas mostrando cómo los medios producen subjetividad.
La primera de ellas surge en vigencia del Estado-Nación, en plena vigencia de la guerra fría. Afirma que los medios pueden manipular la conciencia del individuo y que los primeros mienten. La teoría hace centro en el mensaje (contenidos) y se basa en prohibiciones y proscripciones. La verdad reside en la operación de remisión del mensaje a sus condiciones de producción, es una operación de referencia. Se remite el mensaje al código: condiciones materiales, sociales, de clase, ideológicas que dan lugar al mensaje.
Sin embargo existen diferentes tipos de códigos, por lo que podemos afirmar que existen “diferentes verdades”. Entonces se puede decir que código-contexto y subjetividad son partes de un mismo paquete, ya que entre los mismos existe una interdependencia que va a derivar a formas específicas de significación de los hechos y así a determinar lo verdadero o lo falso.
Un aspecto que considero indispensable resaltar es que, según esta teoría, los medios son siempre herramientas al servicio de la reproducción de las relaciones sociales de clase. Es decir, que los medios tienden a reproducir la desigualdad. A todo esto vale la pena preguntarnos : ¿Es cierto que los medios masivos de comunicación reproducen las diferencias socio-económicas? Para resolver este cuestionamiento debemos hacer un análisis cualitativo acerca de los mismos.
Lo que noto es que, si bien existe la conocida “libertad de expresión” pasan muchas cosas por detrás de lo que nos llega como resultado final a la pantalla o a la radio. Se trata de una selección minuciosa, que no hay que olvidar en ningún momento. Ya que el motor por el cual se impulsa no es menos que un ideología partidaria que, efectivamente, querrá verse de alguna manera beneficiada con la transmisión elegida. Por eso hay que tener en cuanta que la libertad de expresión sí existe, pero no podemos guiarnos por una única fuente, ya que de esta forma, estaríamos auto-cegándonos en un mundo donde se producen grandes luchas por el poder. Porque si bien, en los medios se efectúa la libertad de expresión, siempre se elegirán para mostrarse los aspectos que coincidan con los ideales que determinados propietarios de los medios deseen alcanzar. Esto podría llamarse censura, ya que hay significados reprimidos.
Por todo lo anterior podría afirmarse que los medios de comunicación anhelan reproducir la desigualdad, ya que sus propietarios siempre van a ser personas con un alto nivel adquisitivo, acompañado de un fuerte idealismo político que tenderá a seguir diferenciando las clases.
La teoría de la influencia considera a los medios como un soporte de la comunicación y debe suponer que los primeros son necesariamente neutros: que no tiene incidencia en la construcción del mensaje. Remite el mensaje a las variables contextuales que lo producen.
Con respecto a esta teoría y por razones que anteriormente he explicado, considero que los medios masivos de comunicación nunca podrían ser neutros, ya que siempre acarrearán una ideología (social y/o política) determinada.
La tercera y última posición es la que considera que los medios producen la subjetividad. “Los medios son máquinas discursivas o dispositivos de enunciación que nos obligan a realizar determinadas operaciones para habitarlos”. No hay lenguaje ni código, sino que hay un discurso; es decir, un conjunto de prácticas instituidas como dispositivo.

Como conclusión podría decir que ante la tormenta de discursos con la que convivimos hoy en día, es necesario formar un juicio crítico. Para que a la vez formemos alumnos capaces de discernir eficazmente la fuente de la cual obtienen sus informaciones y puedan juzgarla de una manera constructiva. Deben entender que los medios no son neutros y que si bien pueden enriquecerse con ellos en muchos aspectos, siempre deben tener cuidado al juzgar la veracidad de lo que pueden encontrar a través de ellos.